Todo esto lo sabe Vicente Torregrosa y se apoya en ello para construir una de las exposiciones más originales que conozco, en la que nos guía a través de un viaje visual que hace pensar en el modo en que nos presentamos al mundo. No se limita a reproducir las máscaras, sino que las coloca sobre su propio rostro, sobre maniquís o sobre modelos; combina en la misma foto elementos ”Steampunk” con otros tradicionales; conjuga de modo loable la luz, la sombra, el color y los fondos para lograr el efecto buscado en cada caso. Pero sobre todo, provoca emociones en el observador. Como es habitual en él, todas tienen intención y provocan reacciones, bien sea perturbación, pavor, tristeza, diversión, alegría o alas para la imaginación. En suma, ninguna deja indiferente.

 

Como resumen final, cada fotografía combina originalidad, belleza, misterio y narrativa y el conjunto de la obra invita a reflexionar sobre nuestras propias dualidades.

 

Enhorabuena, Vicente, y muchas gracias por compartir tu trabajo.